Hoy es un día como otro cualquiera. Te subes a tu autobús y una vez hechas todas las comprobaciones de rigor abres la puerta automática para que los pasajeros comiencen a subir. Hace un poco de calor pero en general tiene pinta de ser una jornada tranquila y agradable. Bienvenidos pasajeros, que empiece el viaje…
No has llegado a la tercera parada cuando notas caras inquietas desde tu espejo retrovisor. Algo pasa. Aprovechas para mirar bien pero no ves nada fuera de lo normal…
«Por aquí no es» dice de repente una señora mayor sentada a solo un par de filas más atrás
«¿No vas muy lento? Tengo una reunión y voy a llegar tarde», se escucha al fondo
«Te dije que este no era el autobús que queríamos» le susurra una chica a su novio
Lo que al principio eran tímidos comentarios se convierten en voces que retumban por todo el autobús. Intentas tranquilizarte pero es peor, cada vez te pones más nervioso. No eres capaz de concentrarte en la ruta que estás siguiendo, de hecho, te da la impresión de ahora sí que te has equivocado de calle y te has saltado una parada. Como no paran de gritar paras un momento y decides explicarles que la línea va bien de tiempo, que no puedes ir más rápido por el tráfico y que sí, el camino es el correcto.
Pero no te hacen caso. Te sientes más nervioso todavía porque lo que solo era un comentario para que los pasajeros se tranquilicen se convierte en una discusión en el que solo te repiten lo mismo y no te escuchan. El autobús sigue parado…
La metáfora del autobús
La metáfora del autobús es una herramienta muy utilizada en la Terapia de Aceptación y Compromiso para reflejar cómo enfrentamos en ocasiones con nuestros pensamientos y emociones más incómodos.
Los pasajeros representan tus pensamientos y emociones. Algunos son agradables y amigables, como la alegría y la gratitud. Otros son difíciles y molestos, como el miedo, la ansiedad o la tristeza.
Tu eres el conductor del autobús. Tienes el control sobre el rumbo y la dirección del autobús, es decir, sobre tus acciones y decisiones en la vida.
La ruta que sigues es tu camino hacia tus valores y metas. Cada vez que te alejas de esa ruta debido a tus pasajeros difíciles (pensamientos y emociones negativas), te alejas de la vida que deseas.
La clave de esta metáfora es que, a menudo, tratamos de luchar contra nuestros pasajeros difíciles o intentamos evitarlos. En la historia del principio nuestro conductor notó que algo raro pasaba (veía caras largas) pero aunque intentó pasarlo por alto al final el ruido (mental) era tan alto que tuvo que parar el autobús (su vida) para discutir con sus pasajeros (pensamientos).
¿Y si hubiera otra forma?
No puedes elegir a los pasajeros … pero sí elegir tu respuesta
En la Terapia de Aceptación y Compromiso se enfatiza mucho en que la lucha y la evitación solo nos alejan de nuestros valores y metas. En lugar de eso, la idea es aprender a aceptar y permitir que los pasajeros (pensamientos y emociones) estén en el autobús sin que tomen el control.
Tus pensamientos y emociones negativas pueden estar presentes pero no tienen que dictar tu comportamiento ni controlar tu vida. Puedes vivir de acuerdo con tus valores y comprometerte a seguir tu ruta a pesar de las dificultades.
¿Qué hubiera pasado si nuestro conductor hubiera optado por seguir en su asiento y continuar en la dirección de sus valores y metas?. En lugar de resistirte o luchar puedes elegir la aceptación de lo que sientes y piensas.
Aprender a coexistir con ellos sin dejar que definan tu viaje.
Coach Personal acreditado por ICF. Máster en Psicología Clínica y Recursos Humanos. Consulta Presencial y Online en Santa Cruz de Tenerife. Te acompaño en la búsqueda de tu Plan de Acción. Información de Contacto.
