¿Alguna vez has escuchado a alguien decir «ser delulu es la solulu» y te has preguntado si acaso hablaban de un nuevo hit del verano? Bueno, aunque suene a letra de reggaetón, esta frase es un boleto de primera clase al tren de las ilusiones. Te acompaño a descubrir su significado y las implicaciones psicológicas (buenas y no tan buenas) para que puedas hacerte una idea de hasta que punto puede ser o no una buena «solulu» eso de ser «delulu».
Esta palabrita, que parece sacada de un episodio de «Hora de Aventuras», es en realidad una contracción de «delusional» (iluso o delirante en español) y refiere a una persona que está fuera de la realidad, aferrándose a creencias o esperanzas que son claramente infundadas o exageradas. Ser un poco «delulu» puede ser como ponerle salsa picante a la vida. Te da ese empujoncito para perseguir metas que parecen lejanas. Y es que, a veces necesitamos un poco de esa locura ilusa para seguir adelante. Piénsalo: si no creyéramos en lo imposible, ¿quién se animaría a inventar cosas nuevas o a soñar en grande?
Curiosamente, «ser delulu» ha encontrado un lugar destacado en la cultura popular. Hijo del K-Pop coreano se ha extendido principalmente entre redes sociales y fandoms. Aquí, el término a menudo se usa para describir a los fans que tienen teorías o esperanzas muy poco probables sobre sus ídolos o series favoritas. Este uso lúdico del término refleja una comprensión intuitiva de que todos, en algún momento, necesitamos nuestras pequeñas ilusiones para seguir adelante.
De hecho, la resiliencia, esa habilidad para rebotar después de un golpe duro, a menudo se nutre de un poquito de «delulu». Creer que puedes, contra todo pronóstico, es a veces lo que te lleva a lograr cosas increíbles.
Tres beneficios de ser un poco delulu:
– Te ayuda a sentirme mejor: A veces, la realidad puede ser dura, y nuestra mente busca una salida fácil creando una realidad alternativa.
– Enfrentar la verdad puede ser difícil, así que «ser delulu» nos ayuda a evitar esos problemas que no queremos ver.
– Cuando las cosas se salen de control, inventar historias en nuestra cabeza nos da una sensación de poder sobre nuestra vida.
Pero claro, como en todo buffet libre, hay que saber cuándo parar. Demasiado «delulu» y terminas creyéndote tus propias historias, ignorando la realidad. Es como cuando te pasas con el picante y luego no puedes ni saborear la comida. La clave está en soñar sin perder de vista el suelo. Encontrar el balance entre ser «delulu» y estar anclado en la realidad es la clave para una vida emocional saludable. Es como aprender a bailar entre la fantasía y la realidad sin pisarle los pies a ninguna.
Coach Personal acreditado por ICF. Máster en Psicología Clínica y Recursos Humanos. Consulta Presencial y Online en Santa Cruz de Tenerife. Te acompaño en la búsqueda de tu Plan de Acción. Información de Contacto.
