Pensarás que la pregunta que da título a este artículo está mal redactada. Pueden haber muchas razones de «por qué» somos tan exigentes con nosotros mismos. Pero no, lo que te propongo durante los próximos minutos es un análisis funcional de tu autoexigencia, es decir, ¿para qué nos sirve tener un nivel tan alto de exigencia con nosotros mismos que hace que mantengamos estos comportamiento que (como habrás comprobado en tu experiencia diaria) no nos hace del todo bien. ¿Qué ganamos sacando el látigo?
La clave está en el refuerzo positivo (toda aquella conducta que por sus consecuencias hace que repitamos un comportamiento). Sobre todo por el refuerzo exterior. Nos gusta la imagen que damos de valía personal cuando damos un estándar alto y cuando nos felicitan por nuestro trabajo, modo de hacer las cosas o forma de ser respecto a algo. Sentimos un subidón !!!. Te reconocen tu valía, tu lugar en el mundo.
Y si, claro que sabes en tu interior que estás recibiendo un «regalo envenenado» que perpetúa el ciclo en el que quieres otra palmadita en la espalda más, de esas que te ayudan a terminar el día cuando estás cansado. Por eso es tan complicado de extinguir. ¿Realmente quieres dejar atrás esa autoexigencia? Tu mente no opina lo mismo, de hecho lo verá como una pérdida. Vaya dilema.
Sin embargo cuando vas a una cafetería puedes elegir no solo entre café solo y café manchado (mucha leche y poco café) sino que si miras la carta verás que hay toda una gama para elegir. Qué te dice esto? Sería factible elegir un punto medio en el que estar bien por sentirse reconocido (seguimos formando parte de la tribu aunque hayamos salido de las cueva) y que nos ayude a moderar esa fastidiosa autoexigencia?
Pues ahí es donde viene el trabajo personal. Encontrar ese punto «para ti». Como te gusta el café? con mucha leche o poca? Cual te viene mejor (cuál te con-viene más) para tener una digestión más ligera?
Te propongo identificar esas situaciones en las que notas de manera evidente que no estás siendo del todo justo contigo mismo prestando mucha atención a tus patrones de pensamiento. ¿Son realistas las expectativas que te impones?. ¿Qué te dice tener un error de ti mismo? ¿Por qué piensas que cometer un error tiene que ver con tu valía como persona? Escucha bien lo que te dices, apúntalo. Cuando tengas una idea que veas que se repite mucho puedes probar a cuestionar su veracidad. Si al final de este proceso (no tiene que salir a la primera … que autoexigente no? XD) consigues reformular esa idea puedes probar a decirte esa nueva frase cuando vuelvas a notar que buscas el látigo de Indiana Jones en el cinturón.
Recuerda…
Identifica la situación
Qué te dices a ti mismo?
Cuestiona lo que te dices
Reformula lo que dices
Aplícalo y observa los resultados
Buen trabajo !!!
Coach Personal acreditado por ICF. Máster en Psicología Clínica y Recursos Humanos. Consulta Presencial y Online en Santa Cruz de Tenerife. Te acompaño en la búsqueda de tu Plan de Acción. Información de Contacto.
La pregunta está muy bien redactada al ser muy clara y precisa. La autoexigencia no es nada malo, ni perjudicial,siempre que no lo lleves a los extremos y se con vierta en un suplicio que no te deja vivir ni avanzar y altera y perturba la buena convivencia y la comunicación.
Me parece muy acertado esa introspección a base de preguntas en busca de respuestas reales de tu autoexigencia y que causas, hechos o experiencias las han causado, pero para eso hace falta mucha madurez para pararse a pensar y asumir que tú eres el único responsable de tu vida y tus acciones.
Debes buscar y reconocer tu valía, tu escala de valores y todo lo que te mereces, pero con Paz , Amor y Compasión «de la buena», «sin machacarte ni machacar» a los demás y, sobre todo, a ti mismo como ser humano con virtudes y defectos, pero con capacidad suficiente para estudiar lo que te pasa, oír y saber escuchar a otro tipo de gente que te ayuden a «remodelar a tu ser de forma mucho más saludable y así poder interpretar mejor tu realidad y rectificar, si es necesario, y mejorar cada día un poquito más que el día anterior ,sin prisa, pero sin pausa.
Como bien dice el Budismo (incluimos la autoexigencia) «en el camino del medio está la virtud». Paso a paso. Gracias Miguel !!!